miércoles, 11 de agosto de 2010

Un jardín hermoso.

Era inútil tratar de cruzar el muro. El vértigo se combinaba con el miedo y comenzaba a jugar con aquella habilidad que había adquirido en meses de practica. Ello sin contar con que llevaba el peso en ese saco de rafia. El problema era la textura del muro, como de ladrillo pulido. y sus zapatos no eran adecuados. Antes lo hacia sin problemas, pero este muro, era difícil.

Escuchó el grito de un vecino afuera. La salida seria en vano. Luego un ladrido. Ahora luces de linternas. Una explosión cercana, y entonces...una fuerza extraordinaria de su brazo derecho, que le hizo salir del recinto, un tirón y el muro esta debajo. la calle era mas pequeña de lo que parecía y pronto la ciudad y sus luces se pusieron de cabeza.

No abre los ojos porque quiere pensar en todas las posibilidades. ¿Salió todo bien? ¿Mal? Sujeta la bolsa en sus manos. Se siente bien. Es todo cálido. El suelo es cálido y no piensa abrir los ojos. No oye ningún ruido. Solo la brisa como un manto de lino que cubría su jardín.

La casa del hombre con la escopeta tenia el muro derribado y las flores de la bolsa de rafia se molieron. Es lo único que lamento el dueño.